José Carlos Pozo – Consultor en Comunicación Turística
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Circula por Internet un vídeo titulado “Nube doble. Málaga timelapse”, realizado por el fotógrafo malagueño Jesús González, que mediante una sucesión de hermosas imágenes aceleradas en movimiento de lugares emblemáticos de Málaga y su provincia (El Torcal de Antequera, el embalse de El Chorro o la moderna zona recreativa del Muelle Uno, entre otros) ha conseguido captar las bondades de este destino turístico de una forma mucho más cautivadora e innovadora que la mayoría de los vídeos de promoción institucional.
Nube doble. Málaga timelapse. from Jesús González on Vimeo.
Es una obviedad afirmar (pese a que algunos no lo han entendido todavía) que la fuerza persuasiva para atraer a más turistas radica en las imágenes, mucho más que en las palabras. Sin embargo, ya no basta con cualquier imagen. Como asiduos consumidores audiovisuales, nuestros gustos se han sofisticado. Triunfan, pues, los vídeos turísticos para fidelizar destinos que emocionan, que cuentan historias (por ejemplo mediante el storytelling) o que innovan con nuevas técnicas audiovisuales como el timelapse (también aparece escrito como time-lapse y time lapse).
El timelapse es un proceso audiovisual que muestra a gran velocidad un gran número de imágenes de un paisaje en las que se crea un interesante contraste entre zonas congeladas y otras en movimiento trepidante.
Aunque se puede realizar un timelapse grabando una secuencia larga con una cámara de vídeo y después acelerarla con un software de edición de vídeo, la técnica más popular de estos especialistas es tomar cientos o miles de fotografías estáticas cada cierto tiempo de un lugar específico y luego unirlas con un editor de vídeo. El movimiento de las nubes, del mar, de las estrellas, de los rayos solares o del tráfico de una ciudad produce unos efectos espectaculares.
Como medio de promoción turística, no tiene precio, puesto que convierte prácticamente cualquier lugar en un destino incomparable de deseo. Si se aplica, además, en entornos privilegiados como las ciudades o los parques naturales de Andalucía, el efecto se multiplica. Merece destacarse el timelapse de Granada del fotógrafo Javier Guijarro que incluye suaves y medidos movimientos de la cámara por el interior de la catedral nazarí o en el Palacio de Carlos V imprimiendo un fascinante “efecto zoom”. A ello se unen también las vistas exageradamente bellas de La Alhambra mientras la sobrevuelan las nubes rojizas del atardecer o sus luces nocturnas se encienden armoniosamente, que con un fondo musical del cantaor Enrique Morente crean un ambiente de embrujo inigualable.
Granada Timelapse Sony A7r from Javier Guijarro on Vimeo.
Otro destino andaluz del que se ha hecho un timelapse de gran calidad es “Sevilla in motion”. Creado por el Grupo Filmo, nos muestra el movimiento efectista y estético que crea esta técnica audiovisual en los monumentos más emblemáticos de Sevilla, desde la Catedral y el Alcázar hasta la Plaza de España o los edificios de la Expo 92.
Con la popularización del timelapse, los destinos se están encontrando con una promoción insuperable (muchas veces gratuita, otras por encargo) gracias a estos videoartistas que se convierten en auténticos “embajadores” o “prescriptores” de una marca turística. Os recomiendo que veáis también otras joyas de creación audiovisual en timelapse, como “Dubai Timelapse”, creado por Rob Whitworth quien logra mover la cámara entre las calles y autopistas como si se hubiese montado en una montaña rusa, o “Manhattan in motion” que ofrece, por ejemplo, unos espectaculares planos cenitales desde los rascacielos neoyorquinos hacia el tráfico acelerado de sus famosos taxis amarillos.
En resumidas cuentas, el timelapse es una forma buena, bonita y viral de promocionar un destino turístico. Es una apuesta artística que atrapa inexorablemente la atención e interés de los turistas potenciales.
¿Conoces otros ejemplos de destinos turísticos que se promocionen en timelapse?