Por Antonio Sánchez – www.libelularoja.com
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¿Transmite tu servicio una sensación positiva? ¿Lo haces de la forma adecuada? El turismo es un negocio de personas, no lo olvides.
No me interesan las personas egoístas, evito a la gente pesada todo lo que puedo. Como todo el mundo, desconfío de los interesados y me resulta muy difícil mantener una conversación con aquellos que sólo hablan de sí mismos.
Me molesta que me interrumpan sin consideración y prefiero relacionarme con gente interesante, sobre todo si nuestra relación resulta mutuamente beneficiosa, ya sea en el plano afectivo, social o económico (teniendo en cuenta que estas categorías pueden sumarse).
Me gusta escuchar a los expertos sobre un tema cuando hablan sin prepotencia y claramente, con ánimo de compartir lo que saben. Me agrada que se interesen por mi opinión y mis gustos. También que me recuerden y me valoren.
Si me tratan con educación me resulta fácil ser educado; si me hablan con desgana o con superioridad me propongo de inmediato evitar el trato con mi interlocutor siempre que me sea posible.
Por otro lado, tengo intereses y necesidades que deseo satisfacer a través del contacto con otras personas, a las cuales deseo caer bien y ser correspondido. Hablo bien de aquellos que considero agradables, honrados, atentos, simpáticos o buenos en lo que hacen. Y lo hago encantado.
Ahora bien, ¿porqué somos capaces de entender todo esto perfectamente, suscribirlo sin dudar y aún así olvidarlo frecuentemente cuando actuamos en la vida profesional o en nombre de nuestra empresa?
Te propongo releer la primera parte aplicando estos puntos de vista:
- Como consumidor, sustituyendo “personas” y “gente” por las marcas que se consume, ya sean productos o servicios. Piensa en cómo y cuando se dirigen a ti y en que tono, de que forma las descubres o te interesas por ellas, también en cómo hablan de si mismas o se comunican contigo.
- Como empresario con responsabilidad en la estrategia de marketing/comunicación/atención al cliente/ventas/relación con proveedores, etc. En este caso es un potencial cliente el que habla de ti.
¿Que tal? ¿Pasas el examen? Reflexiona y comparte tus impresiones si te apetece 🙂
