Por José Carlos Pozo – Consultor en Comunicación Turística
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Ser una persona con discapacidad no debería ser un impedimento para viajar y disfrutar de unas buenas vacaciones, ni tampoco tendría que serlo para trabajar en el sector turístico. A pesar de que en los últimos años ha mejorado la oferta para los turistas con discapacidad, como por ejemplo, hacer un menú digital para restaurantes accesible para celíacos o alérgicos y la construcción de rampas o ascensores que posibilitan la movilidad de usuarios de sillas de ruedas, mujeres embarazadas o personas mayores.
Todavía queda mucho camino por recorrer para que todos los colectivos disfruten del turismo. Sin duda, hacen falta más folletos en Braille, más personal que domine el lenguaje de signos, más hoteles y monumentos totalmente habilitados para el acceso de cualquier persona con movilidad reducida, etc.
El turismo accesible tiene como objetivo la eliminación de barreras físicas, sensoriales o de comunicación, mientras que el turismo inclusivo persigue la igualdad de oportunidades de todas las personas para disfrutar de la actividad turística.
Son dos conceptos, el turismo accesible y el turismo inclusivo, que cada vez más se demandan más en las sociedades justas y desarrolladas, donde hay una mayor conciencia por ofrecer una verdadera igualdad de condiciones a todas las personas, no sólo a nivel laboral, sino también en aspectos del ocio como es el turismo. Según la OMT (Organización Mundial del Turismo), en el mundo hay 1.000 millones de personas con discapacidad, de los cuales 90 millones se encuentran en la Unión Europea. Por tanto, puede resultar una buena oportunidad de negocio para las empresas y profesionales que busquen explorar otros mercados turísticos emergentes.
Siguiendo la apuesta por la inclusión y el acceso de todos, destacamos dos excelentes iniciativas turísticas en Andalucía que hemos descubierto y aplaudido gracias a “Historias de Luz”, la agencia de noticias audiovisuales que difunde ejemplos de historias de personas, empresas y colectivos andaluces que desarrollan proyectos innovadores, pioneros y originales.
Turismo accesible en Sevilla
Olé Tours Sevilla es una empresa de guías turísticos que se ha especializado en ofrecer rutas sin barreras arquitectónicas por los lugares más emblemáticos de Sevilla. Para diseñar sus rutas adaptadas, como pasear por el Barrio de Santa Cruz, han contado con el asesoramiento de usuarios de sillas de ruedas, además de profesionales del turismo. También ofrecen transporte accesible desde el aeropuerto a hoteles bien habilitados para este colectivo, así como salidas a bares o tablaos flamencos accesibles.
Turismo inclusivo en Granada
Una de las principales fuentes de enriquecimiento vital es el trabajo y en el sector turístico, lamentablemente, escasean todavía las oportunidades laborales para las personas con diferentes tipos de discapacidad. Una excelente iniciativa ha sido la emprendida por la Asociación Síndrome de Down de Granada, que ha formado y preparado durante meses a 12 voluntarios para ejercer de guías turísticos por las calles granadinas.
De este modo, jóvenes con síndrome de Down nos pasean por el antiguo barrio judío de Granada con el “Free Tour Descubre el Realejo”, los sábados y domingos a las 11h de la mañana. Esta actividad turística les ayuda a ser más autónomos, comunicativos y a elevar su autoestima.
Estos proyectos son algunos ejemplos de turismo accesible e inclusivo que demuestran que la inclusión laboral y la accesibilidad universal de las personas con discapacidad son posibles en la actividad turística.
¿Conoces iniciativas similares en el sector turístico?