Por Ricardo Botín – Copywriter
Ilustración de Lisa Fernández Karlsson 952 Design
No te digo nada nuevo si te cuento que el COVID-19 ha puesto a la economía al borde del abismo. Esta pandemia ha dejado en jaque a la actividad económica por culpa del largo confinamiento, que se ha ensañado especialmente con uno de los pilares principales de la economía andaluza: el turismo y la hostelería.
La actividad se ha parado en seco, los hoteles se han quedado vacíos, los vuelos se han cancelado, y los bares y restaurantes han tenido que cerrar para impedir el contacto social que podría propagar los contagios.
Ahora que descienden los contagios y el número de fallecidos, se empieza a atisbar la luz al final del túnel, mientras Andalucía comienza a transitar por la fase III de esta “desescalada” para volver a la normalidad.
Es, por tanto, el momento de echar la vista atrás para recordar esos momentos tan difíciles, en los que hemos visto emocionantes gestos de solidaridad.
Fenómenos de implicación social, protagonizados tanto por empresas como por ciudadanos anónimos, que dejan claro que hay futuro, y que con esta buena gente es posible levantar cabeza y salir adelante.
En este artículo quiero quedarme con lo bueno y extraer conclusiones sobre todo lo que hemos aprendido durante este período de confinamiento del que parece que estamos empezando a salir.
Como decía el viejo aforismo: “coge todo lo aprendido y sigue avanzando”.
La solidaridad como chaleco salvavidas y palanca de cambio
Destacar especialmente la solidaridad e implicación de Antonio Banderas para con su tierra Andalucía, siendo imagen de forma desinteresada para favorecer el crecimiento turístico y poder ayudar a las PYMEs en esta etapa de reconstrucción.
«Fabricar Emociones Nuevas en Andalucía» Una campaña que se ha hecho viral superando las 60.000 reproducciones en solo tres días.
Campaña con la participación Antonio Banderas para Turismo y Deporte de Andalucía
Una de las cosas que más me ha sorprendido respecto a todo lo que estamos viviendo en los últimos meses es la solidaridad que ha aflorado en una situación tan complicada como la actual.
Siempre he tenido claro que los españoles somos un pueblo solidario y empático. Antes de la pandemia de coronavirus, creía erróneamente que la gente solo se implicaba en iniciativas sociales cómodas y poco exigentes.
No obstante, ante esta situación de extrema necesidad, los españoles han empezado a demostrar que se pueden hacer muchas cosas para ayudar a los que más lo necesitan.
En particular, me han llamado mucho la atención las iniciativas del sector turístico y hostelero andaluz.
Y me han parecido relevantes más que nada porque este nutrido colectivo de empresarios y pequeños autónomos —a los que conocen bien en Andalucía Lab, puesto que trabajan con ellos a diario— es de los más perjudicados por la crisis económica.
Pese a ello, han reaccionado aportando su granito de arena con todo lo que tenían, en muchas ocasiones por encima de sus posibilidades económicas.
En este apartado quiero mencionar algunas de las iniciativas más interesantes.
Cocinar para héroes con bata y uniforme
En el peor momento de la pandemia, varias asociaciones andaluzas de hostelería organizaron un sistema de voluntariado en el que los bares y restaurantes que quisiesen podían participar cocinando para los sanitarios y miembros de las cuerpos y fuerzas de seguridad del estado.
El espíritu de iniciativas como la de la Asociación de Hosteleros de Málaga ha sido proporcionar comidas nutritivas para todos aquellos profesionales que se estaban desviviendo para salvar vidas, durante jornadas maratonianas de trabajo en los hospitales andaluces.
Un movimiento que también contó con la inestimable colaboración de varias empresas de reparto a domicilio encargadas de llevar las comidas hasta los hospitales.
Hoteles medicalizados en Andalucía
Ante el colapso sanitario en el peor momento de la pandemia, muchos hoteles andaluces se pusieron a disposición de las autoridades sanitarias.
Como sus instalaciones estaban vacías, cedieron sus habitaciones y salones para descongestionar los hospitales, alojando allí a los enfermos menos graves, que no necesitaban estar ingresados en una UCI, pero que tenían que permanecer aislados y con vigilancia médica.
Los trabajadores hospitalarios de primera línea pudieron alojarse asimismo con carácter gratuito en otros hoteles no medicalizados. De ese modo, muchos sanitarios han podido descansar entre turno y turno de servicio, evitando los contagios a familiares.
Por otra parte, para garantizar que los enfermos aislados por coronavirus pudiesen hablar con sus familiares mediante vídeo-llamadas, Telefónica ofreció gratuitamente conexión por fibra óptica a los hospitales, hoteles medicalizados y residencias de ancianos de Andalucía.
#FuerzaBar
Aunque durante la primera fase de la desescalada ya han podido abrir algunos bares —con limitaciones—, hay que recordar que todos han estado más de dos meses cerrados y sin facturar ni un euro.
Por eso, uno de las empresas más señeras de Andalucía —la cervecera Cruzcampo— ha creado la iniciativa #FuerzaBar por la que se compromete a proveer gratuitamente de 15 millones de cañas de cerveza a los bares, para minimizar el impacto económico de esta crisis (además de utilizar su fábrica de Sevilla para producir máscaras con pantalla de protección).
Una cesión gratuita a la que se han unido enseguida otros proveedores como Barbadillo (con 1.200 botellas de manzanilla), Capricho Andaluz (aportando 102.500 unidades monodosis de aceite de oliva) o Bazar (que ha donado 4.250 kilogramos de café para hacer medio millón de tazas de café).
Todos tenemos que remar en la misma dirección
Todo esto demuestra que de esta difícil situación en la que nos encontramos solo saldremos si remamos todos juntos en la misma dirección.
Tras ver estas iniciativas solidarias, en las que las empresas andaluzas han estado dándolo todo —incluso en los peores momentos—, llega el momento de actuar: tenemos que ser nosotros los que contribuyamos con nuestro granito de arena a resolver esto cuanto antes.
Ahora que comienza la desescalada, debemos mirar hacia delante y pensar en las cosas que podemos hacer para que el sector turístico andaluz levante cabeza.
Aquí lanzo algunas ideas, que pienso que pueden funcionar:
Es mejor aplazar, que cancelar
Es posible que tengamos miedo a viajar, pero nuestro sector turístico se va a tomar muy en serio las medidas de seguridad para que no se produzcan nuevos contagios.
Para ello, se están implementando medidas de higiene y seguridad que garantizarán la seguridad de todos los clientes. Así que no canceles los viajes que tenías programados. Mejor aplázalos para más adelante.
Acción de Marketing Digital Solidaria Sexta Planta
Nuevas formas de turismo
Probablemente tendremos que cambiar nuestras costumbres, en lo que a viajar se refiere. Cuando volvamos a la normalidad, haremos más turismo rural, más turismo cultural, más turismo gastronómico, más turismo de cercanía…
Apoyar a las empresas locales
Especialmente interesante parece este bono “vacacional” que está estudiando la Junta de Andalucía para que los andaluces pasen sus vacaciones en la propia Andalucía. Una iniciativa que se une a otras propuestas, como la de replicar el modelo del IMSERSO que incentive el turismo nacional entre todos los grupos de edades.
Con esto queda claro que solo saldremos de esta complicada tesitura si lo hacemos juntos. Porque la economía está conectada y nuestras acciones como consumidores repercuten en los resultados de los demás.
Estamos en un viaje que solo puede llegar a buen puerto si nos mantenemos juntos y unidos, así que tenemos que remar todos en la misma dirección.
¿Qué otras cosas consideras que hemos aprendido durante estas semanas de aislamiento? Seguro que hay muchas más enseñanzas que podemos extraer de este período de confinamiento.
