Por Leonor Cabrera ( @leonor_cabrera ) – Viventi Desarrollo Personal y Profesional
Si te digo que cierres los ojos por unos instantes y pienses en la palabra innovación, ¿qué se te viene a la cabeza? Seguro que piensas en algo relacionado con las nuevas tecnologías, lo digital, o quizás en algo relacionado con la investigación. Sí, todo eso es innovación, pero también hay un tipo de innovación más cercana y que sólo depende de ti porque consiste en innovar en ti mismo.
Hace poco leí un artículo en Cinco Días (aquí tienes el enlace) en el que hablaba de los knowmads, el perfil de trabajadores que será necesario a partir de 2020.
¿Qué es un knowmad? Un knowmad no tiene nada que ver con la edad, sino con la mentalidad; nómada y en permanente movimiento.
Sin embargo, lo que a mí me resulta más interesante es que no entiende su trabajo como tal, sino como un oficio que le gusta y que le apasiona, no como un simple medio para ganarse la vida. Eso que hace lo siente, palpita con ello, le apasiona y busca la satisfacción por encima de todo.
Esa pasión hace que sea generador de ideas, tenga los recursos para salir adelante en cualquier situación y que posea la imaginación necesaria para transformar aquello que acude a su mente en ideas productivas, con un fuerte sentimiento de libertad que lo deja al margen de recibir órdenes. De hecho, trabajar por su cuenta obedece en parte a ese fuerte sentimiento de libertad.
Está al tanto de las nuevas tecnologías, las usa a su favor y es capaz de transformar la información en conocimiento. Le importan las personas, saben que son importantes porque generan conocimiento y lo transmiten y tiene una gran capacidad para adaptarse y para resolver problemas. No le asusta el fracaso ni experimentar, incluso tener errores de los que aprender.
Al leer este artículo lo primero que pensé es que el emprendedor que viene tiene que ver mucho con la innovación, pero con lo que podríamos llamar la innovación personal. Hace sólo unas semanas di un taller en el CADE Benalmádena y en colaboración con Bic Euronova titulado ‘Innovación personal en el emprendimiento’. Quizás por eso me sonó familiar.
Las personas de mi generación (yo tengo 41 años) nos creímos que si hacíamos una carrera y luego nos esforzábamos lo suficiente, tendríamos ese trabajo tan deseado y poco a poco subiría nuestro salario y nuestras responsabilidades.
Con la crisis ese cuento se acabó y nos empujó a muchos a emprender, a reinventarnos. Y ahí en esa reinvención, sin saberlo porque desconocíamos la palabra, nos enfocamos a ser knowmads. El ansia de libertad, de trabajar para nosotros, de hacer realidad nuestras ideas nos empujó a montarnos por nuestra cuenta. En mi caso yo creé Viventi, donde uno mi experiencia en el campo de la comunicación, en el que trabajé durante 15 años, y el del desarrollo personal que me apasiona.
Muchas veces, cuando nos ponemos a montar una empresa, dejamos de lado lo emocional. Es como si no quisiéramos mirarlo demasiado porque tenemos la convicción de que con ponernos a la tarea, ya es suficiente. Sin embargo, y por experiencia como emprendedora y acompañando a emprendedores a hacer realidad sus sueños, sé que no es así.
La emoción nos acompaña, al igual que el miedo, o la vergüenza por dedicarnos a algo que hasta este momento había sido sólo una afición. Tener en cuenta esa parte emocional tiene mucho que ver con innovar, porque sólo mirándola a la cara podremos tener una empresa con alma, que sea el reflejo de quienes somos, con nuestros valores y con una misión que cumplir en la sociedad.
Creo que con firmeza que esta es la verdadera innovación que viene.
Y tú, ¿cómo innovas en tu empresa? ¿Crees que es importante tener unos valores y una misión que estén alineados con lo que haces? ¿Sabes ya cuál es tu identidad? Si éste es tu caso, ¿cómo te ayuda a ganarte la vida con lo que haces?