Por Mar Rodríguez, socia cofundadora de Escuela Entrelenguas
Instagram ha sobrepasado el umbral de lo inimaginable. Ya ha llegado a los 1.000 millones de usuarios, lo que se traduce en una publicación media de 80 millones de fotos diarias. No es de extrañar que esta aplicación esté cambiando la forma en la que nos comunicamos con nuestros ídolos, pensamos cómo decorar el salón o buscamos con qué plato marcarnos la velada cuando nuestros amigos se plantan en casa a cenar. Y como era de esperar, la industria del turismo no podía quedarse al margen de este fenómeno: tampoco la forma en que viajamos hoy día tiene nada que ver con la de hace – tan solo – unos años.
Y es que ahora un destino únicamente necesita a los propios instagramers para darse a conocer. Los usuarios dejan constancia de todas sus escapadas en una inmensa red multifuncional que hace las veces de fuente de inspiración, guía de viajes, espacio de reseñas y buzón de sugerencias. Según la plataforma de viajes E-dreams, el 61% de los usuarios realiza búsquedas en la aplicación para pensar en cuál podrá ser su próximo destino, que cada vez más se aleja de la típica ciudad costera o la cosmopolita capital europea. Ahora hasta la visita al pueblo más recóndito del planeta se hace accesible (y atractivo) a través de Instagram – y si no, que le pregunten a los habitantes de Odda, en Noruega: el ahora popular Trolltunga ha pasado de 500 a 40.000 visitantes en tan solo cinco años.
A todo esto hay que añadir que el 59% de instagramers tiene entre 18 y 29 años, es decir, la mayor parte de usuarios son millenials y nómadas digitales que, como adelantábamos en esta entrada, es la generación más viajera y desprendida a la hora de viajar. Son wanderlusts por naturaleza, expertos en la búsqueda de chollos, aliados del consumo colaborativo y amigos de las nuevas tecnologías que se mueven como pez en el agua en las redes a la hora de planificar y ejecutar un viaje. Y ojo al dato: el 97% de esta generación millennial confirma que comparten sus vacaciones en Instagram, la cual provoca un engagement 10 veces mayor que el de Facebook, aplicación que queda ya quizá prácticamente relegada a los mayores de 30 años.
Así las cosas, a las empresas del sector turismo no les queda más remedio que entrar, actuar y destacar en esta gigantesca red para llegar, impresionar y cautivar a los viajeros. Estos buscan constantemente experiencias originales en destino, ese lugar especial donde pernoctar o aquella cafetería de revista en la que tomarse un desayuno de rechupete – y para ello se sirven de herramientas como la geolocalización, los hashtags y sobre todo los influencers locales, en quienes cada vez más merece la pena invertir para promocionar tu negocio. Hoy por hoy, si un viajero quieren saber más sobre, digamos, un restaurante específico, optará por buscarlo en Instagram en lugar de introducir su nombre en Google. Atrás quedaron este y otros muchos buscadores del estilo; Instagram ha venido sustituyéndolos y, lo que es más, remplazando incluso a las webs empresariales. Y todo ello por varios motivos: alberga la información más actualizada, cuenta con un atractivo formato visual que impacta de forma más directa y los usuarios reciben input de manera pasiva, solo con pulsar el icono de una lupa.
Por tanto, si quieres dar alas a tu servicio o llevar tu producto a la Conchinchina, tendrás no solo que hacerte con una cuenta de Instagram sino también crear un perfil de empresa, algo que desde hace escasos meses es posible en Instagram. Gracias a este tipo de perfil, podrás acceder a numerosas ventajas, entre otras:
- Acceder a una serie de estadísticas con las que podrás conocer qué alcance tienen tus publicaciones, quiénes interactúan con ellas y el background de tus seguidores. De esta forma, podrás afianzar o redirigir tu campaña de marketing y plan comercial;
- Promocionar publicaciones, e incluso hacerlo de manera segmentada atendiendo a diversos filtros, para obtener así un mayor alcance;
- Añadir un botón de contacto, clave para fomentar la comunicación directa con el usuario y ofrecer un servicio de atención al cliente personalizado, cómodo y veloz;
- Con el uso de los stories, además, podrás aumentar la participación e interacción de los usuarios, dar mayor visibilidad a tu producto o servicio, realizar encuestas y sobre todo trabajar en el storytelling, lo que ha demostrado reforzar el vínculo emocional entre el usuario y la marca. De esta forma incrementará el engagement por parte de usuarios, lo que mejora significativamente la posición de la empresa en esta red social;
- Una vez sobrepases los 10.000 usuarios, podrás enlazar tus stories a una dirección web, con lo que aumentarás el tráfico de visitas a tu página. Recordemos que estas historias nos permiten compartir mensajes, fotos y videos de manera espontánea y natural sin sobrecargar nuestro perfil, ya que a las 24 horas se esfuman como por arte de magia. ¡A quien no le gusta enterarse de qué es lo que se cuece detrás de las bambalinas!
A estas ventajas, además, se unen los muchos otros features que ofrece el perfil particular de la aplicación, como agrupar los stories en categorías, compartir publicaciones en las que te hayan etiquetado, etc.
Y ya sabes: si quieres exprimir al máximo las redes sociales y saber más acerca del funcionamiento y los truquillos que hay detrás de todas estas herramientas, sigue de cerca el blog de Andalucía Lab y los posts más actualizados.