Por Alfredo Vázquez y José Luengo – Kampaoh
Son numerosas las nuevas formas de alojarse y tendencias en el mercado del alojamiento. Encontramos alquiler de habitaciones, alquiler de casas particulares, Hostels con habitaciones compartidas y así un sinfín de combinaciones.
La creatividad que desde hace años se ha generado en el sector de los alojamientos y la buena acogida de estas propuestas plantea muchas cuestiones:
- ¿Cómo podemos alojar a los clientes de forma diferente?
- ¿Cómo ofrecer una experiencia más allá del alojamiento?
- ¿Cómo generar “recuerdos” en vez de ser un simple servicio?
Pues bien, muchas empresas han invertido sus esfuerzos en crear actividades alrededor de sus alojamientos, con espacios y zonas de ocio para llamar la atención de sus clientes potenciales.
Pero desde hace años hay otra manera de atraer a los clientes: desarrollando en sí una experiencia en el propio concepto del alojamiento.
A día de hoy, cualquier turista que busca información por internet se enamora de una foto de un hotel perdido en la selva, de un iglú en hielo, de una acampada durante un safari por áfrica, o de un alojamiento tipo “choza” en una isla sin poblar. Todos estos casos tienen algo en común y es que lo importante no es la cama, el mobiliario o las paredes en sí mismas, sino su entorno.
Un ejemplo de ello es la iniciativa llevada a cabo por la empresa Kampaoh, un proyecto andaluz que está creciendo a la vez que crea un importante impacto (positivo) en el sector del camping.
Con el objetivo de atender a esta demanda de viajeros que quieren vivir una experiencia, plantearon una serie de preguntas para dar respuesta a sus necesidades:
- ¿Por qué no ir de camping como si estuviéramos en un hotel?
- ¿Por qué no vivir la experiencia de una tienda de campaña como cuando éramos niños pero con la comodidades adaptadas a las edades y familias actuales?
- ¿Porque no tener todas las comodidades incluso dentro de la tienda?
- ¿Porque no recibir el mismo servicio de habitaciones que tiene un hotel?
Efectivamente no estamos hablando de un concepto nuevo. Basado en la experiencia “Glamping” -muy fomentado en diferentes partes del mundo- pero con un toque de camping que lo devuelve a su esencia: compartir. Compartir es camping, y todos los que han ido alguna vez lo saben: compartir un rato con el vecino mientras los niños de ambas familias juegan entre los pinos, compartir un “buenas noches” cuando ves a tus vecinos de barbacoa junto a su tienda… Eso es Camping.
El resultado es una propuesta accesible no solo a clientes de un poder adquisitivo alto (como suele ocurrir con el Glamping), sino a todos los segmentos sociales, con una fórmula dentro a través del “upselling” en el camping. Así se fomenta este tipo de experiencias sin perder el atractivo de contacto con otras personas, las relaciones y la “vida” que se crea en un camping.
Nuevas fórmulas de colaboración interempresarial: simbiosis de innovación
El camping como empresa es el principal aliado, mientras que éste pone sus instalaciones y su equipamiento, esta iniciativa añade tanto las tiendas, como el servicio de atención al cliente desde su reserva hasta su checkout, haciendo uso de las últimas técnicas y tecnologías para mantener esta unión viva con una solución rentable para ambas partes.
Esta fórmula de cooperación, ya está activa en 5 campings a lo largo de la península ibérica, y plantea otros tantos para la próxima temporada. Los camping han encontrado su media naranja: vender más gracias a un aliado excepcional. Más de 12.000 personas han vivido este verano la Experiencia Kampaoh, sumando ya casi 20.000 personas en 3 años.