Por Alejandro Domínguez, director de Comunicación de Omnium Lab Studios
La industria de los videojuegos ha conseguido en los últimos años un sorprendente nivel de madurez gracias a los serious games, juegos que trascienden lo meramente lúdico. Gracias a esta disciplina, se ha conseguido utilizar la tecnología y las mecánicas de los videojuegos para fines beneficiosos como la salud, la sensibilización social, la educación o las empresas, algo que ha incidido también de forma directa en el turismo y que se conoce como gamificación.
Rutas turísticas guiadas a través de entornos virtuales (El Códex del Peregrino); juegos en los que el jugador, casi sin darse cuenta, va conociendo la riqueza turística de una zona (Camino del Cid); juegos que ponen en valor atractivos culturales o gastronómicos de una zona (Sum)…
Pero, ¿podría un videojuego servir para formar a los profesionales del sector turístico y mejorar la capacitación de la industria de una región?
Cuando nos ponemos delante de un videojuego cualquiera, realmente, estamos entrenando multitud de habilidades, casi sin darnos cuenta. Además del beneficio obvio de evadirnos, divertirnos y entretenernos, los videojuegos mejoran nuestra capacidad de concentración, al tener que responder a un enorme flujo de información y estímulos; mejora nuestra creatividad e imaginación; entrena nuestra capacidad de tomar decisiones y resolver problemas en milésimas de segundos y todo ello en un entorno seguro y agradable.
Pensemos en la posibilidad de emplear todo el tiempo que dedicamos a jugar en algo más beneficioso que el mero entretenimiento. En un juego, partimos de unas reglas previas (disciplina) para lograr conseguir un objetivo (retos finales evaluables) solventando obstáculos (problemas). Aplicando esto a cualquier fin que queramos conseguir, tenemos una estructura perfecta. Además, el jugador tiene una mayor involucración que en cualquier otro entorno, ya que se convierte en el protagonista de una historia fascinante.
En este contexto, la industria de los serious games cuenta en Andalucía con un producto que responde a cualquier necesidad formativa: El Misterio de Amelia, un videojuego que, siguiendo este modelo, ha introducido el formato del e-learning en una aventura gráfica. El resultado es el game based learning, una evolución respecto del e-learning como mecánica formativa.
Este producto está siendo gestado por nuestra empresa Omnium Lab Studios, ubicada en Algeciras. Tanto en plataforma online como en formato móvil o tablet, el alumno se pone a los mandos de un videojuego para guiar los destinos de Marco, un joven estudiante de Historia que emprende un precipitado viaje al sur de España, al Hotel Reina Cristina, único vínculo que encuentra con el asesinato de su padre. Al principio del juego, cuando Marco llega al hotel, le confunden con un candidato a una oferta laboral y es contratado, confusión que el jugador deberá alimentar, ya que con ella tiene la coartada perfecta para moverse con libertad por el hotel sin levantar sospechas.
La formación se sirve de la simulación 3D para poner al usuario ante situaciones idénticas a las que se encontraría en la vida real. A medida que avanza en la trama lúdica, el jugador es reclamado para llevar a cabo las tareas para las que ha sido contratado, las cuales debe cumplir si quiere mantener su impecable coartada.
Inicialmente, El Misterio de Amelia nace como videojuego formativo en la implantación de la normativa ISO 9001, pero su desarrollo en un hotel como escenario y su versatilidad lo ponen a disposición de la industria turística local para cualquiera de las facetas que requieran formación (atención al cliente, idiomas, protocolo, hostelería…).
Innovación en turismo significa sumar y diferenciarse. ¿Te unes?
