Por Ana Pérez Marcos – Consultora de comunicación y Marketing turístico
Durante los últimos meses hemos visto como nuestros planes se paraban en seco por la llegada de la pandemia del COVID-19. Después de la parálisis inicial y el lógico desaliento de tener que reconstruir en medio de la incertidumbre hemos empezado a ver un resurgir de talento y de iniciativas de solidaridad impulsadas por destinos, hoteles, emprendedores y emprendedoras, turoperadores, analistas e instituciones para el impulso del turismo.
Es tiempo de seguir trabajando por la promoción, comunicar e impulsar sinergias y la colaboración del sector turístico para reposicionar la marca del destino como un lugar seguro donde volver.
Hoy más que nunca tenemos que mostrar que los viajes no son un simple producto, son el motor de muchas economías locales y sobre todo es el anhelo actual de muchas personas en tiempos de confinamiento, porque el impulso de viajar nos hace sentirnos más vivos.
Volveremos a viajar y viajaremos mejor cuando lo hagamos porque seremos más selectivos a la hora de elegir nuestros destinos, valoraremos aspectos como la economía colaborativa, el impacto de nuestros viajes en las sociedades que visitaremos, nuestro impacto en la naturaleza, compartiremos con más ganas que nunca la esencia de la cultura, el folclore y la gastronomía, disfrutaremos aún más de acercarnos a los locales y empaparnos de una experiencia que nos llevemos a casa y recordemos después del viaje.
Y compartiremos más si cabe lo que esperamos vivir o hemos vivido a través de nuestras redes sociales, nuestras charlas con amigos, las comidas en familia y nuestras conversaciones con los colegas del trabajo cuando volvamos de nuevo a la oficina.
Por eso, ahora es tiempo de construir (si es que ya no lo hemos hecho) esa experiencia que buscará el viajero. Deberemos de preguntarnos qué elementos de nuestra cultura, nuestra gastronomía, nuestra ecología, nuestra historia merece ser contada y elegir bien a los protagonistas. Porque, si algo ha puesto de manifiesto esta pandemia, ha sido el valor humano; no importa donde estés, ni tu condición, cada persona es valiosa y esconde tras de sí un talento excepcional.
Desde las mujeres de una población rural que aprendieron a coser de sus madres y hoy hacen mascarillas para sus vecinos, los aficionados a la cocina tradicional que se unen para recopilar recetas y compartirlas de forma virtual, abriéndonos las cocinas de sus casas. Los artesanos del queso, los olivareros o los cabreros que a pesar de las dificultades, forman parte de ese ritmo natural imparable y siguen regalándonos productos de cercanía y una sabiduría inmensa. Nuestros tenderos en los mercados tradicionales, nuestros guías de turismo, las historias que sobre la historia, nuestros espacios naturales, los museos o nuestros monumentos son capaces de atesorar y de compartir.
No imagino hoy ninguna campaña de marketing o comunicación que no tenga en cuenta estos valores humanos y que a la vez sea capaz de conectar con las emociones. En un escenario a medio plazo en el que se vislumbra una recuperación del turismo nacional de cara al verano, los destinos deberán empezar a planificar sus estrategias de comunicación pensando en cómo diferenciarse y sobre todo en como conectar con los anhelos actuales de los viajeros más cercanos.
En esta estrategia será clave contar con herramientas de promoción que directamente conectan con las emociones y que generan no sólo una respuesta de compra sino un recuerdo posterior que impulse a compartir lo que vivimos para que otros puedan también hacerlo.
El formato video o redes sociales como Instagram se posicionan como los mejores canales para contar nuestra historia y conectar a través de la imagen con dichas emociones. Pero no son las únicas, hoy plataformas de trabajo colaborativo como Zoom o Hangouts, que han demostrado su valor para compartir conocimiento y trabajar en equipo. Mailchimp, Trello o Canva permiten elaborar campañas de marketing directo y poner a prueba nuestra creatividad para compartirla de forma fácil con nuestras redes de contactos.
Ahora sólo debemos de escribir un buen guión, porque hoy el marketing de contenidos (brand content) y la forma de contar la historia (storytelling) es más clave que nunca para inspirar a viajar y sobre todo para conectar.
Tenemos la capacidad y el talento necesario para renacer con un producto y una estrategia de comunicación y marketing mejor y más ambiciosa. Hagamos que el turismo lidere la recuperación y usemos ese arte. Porque el arte de las personas, sus recetas, sus canciones, nuestras playas, nuestros espacios naturales, las tradiciones de nuestros pueblos, nuestra música, nuestros museos, nuestros monumentos se mantienen imperdurables y es importante saber contarlas hoy más que nunca.