Diversificar para desestacionalizar

Foto: Andalucía

Por Juan Vázquez – Business Analyst en Jeddins

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La estacionalidad turística trae consigo un uso ineficiente de las infraestructuras, así como un consumo poco sostenible de los recursos, además de los problemas derivados de la inestabilidad laboral. Romper con los ciclos de estacionalidad es uno de los objetivos principales planteados por los gestores de destinos.

Uno de los grandes retos de muchos de los municipios turísticos nacionales es cómo combatir la estacionalidad, que provoca una subida de las tasas de desempleo, así como una infrautilización de recursos, en los meses de temporada baja.

Aunque la solución a este problema no está escrita, hay un elemento a tener en cuenta que permite alumbrar una posible salida: la diversificación. Si bien esta solución no aporta nada nuevo, ya que es de sobra conocida por los profesionales del sector, si que puede arrojar algo de luz si atendemos no al qué, sino al cómo.

Busca segmentos complementarios: configurar una oferta basada en segmentos complementarios a los ofertados en temporada alta, permitirá reducir los costes, ya que gran parte de las infraestructuras, formación, canales de promoción, etc., podrían ser reutilizados en esta nueva oferta. Por ejemplo, los destinos de Sol y Playa, además de ofertar productos propios de este segmento, cuentan con una oferta gastronómica de gran calidad, al ser muchos los establecimientos que disponen en su plantilla de chefs de primer nivel; así como cuentan también con instalaciones perfectamente acondicionadas para el relax y el bienestar. Si deciden desarrollar en temporada baja un segmento de bienestar, no centrado en la salud ( a menos de que dispongan de centros especializados en turismo sanitario de reconocido prestigio), pueden aprovechar sus infraestructuras para el desarrollo de este nuevo segmento.

Céntrate en tus clientes, sobre todo en aquellos que disponen de buena conectividad con el destino: ofrecer este nuevo segmento a tus clientes, que ya conocen las bondades de tu destino en temporada alta, pero que desconocen sus bondades en épocas más tranquilas, te ayuda a aprovechar tus canales de comunicación y promoción; pero ten en cuenta que los viajes en temporada baja son generalmente de menor duración, por tanto centra tus campañas en aquellos clientes que dispongan de una buena conexión con el destino, ya que de lo contrario rehusarán la oferta al emplear en el desplazamiento un porcentaje muy elevado de su tiempo total de disfrute.

Además, y por el motivo anterior, crea experiencias que puedan ser disfrutadas en épocas del año determinadas, por ejemplo, las épocas de floración, recogida, etc. de determinados productos agrícolas están concentradas en unas semanas al año, crear experiencias basadas en estos ciclos ayuda a atraer a visitantes seducidos por las experiencias relacionadas en esas épocas concretas.

Para llegar a estos clientes puede aprovechar su estancia en temporada alta, para realizar promociones (sorteos, descuentos, etc.) para su estancia en temporada baja; así como mostrarles in situ las bondades del destino en una época del año desconocida para el gran público.

Organiza eventos: los eventos son un arma muy eficaz para atraer visitantes al destino, cuya motivación para el desplazamiento posiblemente no esté relacionada con la oferta turística en sí (por ej. los visitantes que se desplazan para disfrutar de una concentración motera no se desplazan hasta el destino motivados por disfrutar de la oferta turística, sino del evento en sí), pero una vez en el destino disfrutan de sus bondades, incitando a conocerlo en otro contexto.

Por este motivo, si paralelamente a la organización del evento se lleva a cabo una buena campaña de promoción, pensando en el público que acude a disfrutar de la actividad, se consigue no sólo generar actividad durante los días que dure el acto, sino en fechas posteriores.

Busca sinergias con destinos próximos: no siempre es fácil desarrollar actividades relacionadas con segmentos complementarios, o segmentos distintos a los desarrollados tradicionalmente en el destino, pero si es posible establecer acuerdos con destinos próximos, que disponen de una oferta atractiva en temporada medio-baja, de modo que el visitante disfrute de esa oferta y además pernocte y/o se desplace hasta nuestro destino. Por ejemplo, atractivos como El Caminito del Rey, o los Dólmenes de Antequera, pueden ser aprovechados por municipios costeros vecinos, de modo que el turista disfrute de la gastronomía, actividades culturales, etc., del municipio costero, incluso se aloje en él, y dedique parte de su estancia en visitar estos enclaves de mayor atractivo, sobre todo en meses de temporada baja para la costa; y viceversa, los visitantes que se desplacen hacia zonas de interior, pueden desplazarse hasta la costa para disfrutar de actividades propias del litoral, aprovechando las temperaturas suaves del Mediterráneo, en una época del año donde es posible pasear por sus calles sin el bullicio propio de la temporada estival.

¿Crees que la diversificación puede ser la clave de la desestacionalización? Nos encantará leer tu opinión en los comentarios.

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