Por Leonor Cabrera ( @leonor_cabrera ) – Viventi Desarrollo Personal y Profesional
Hablar de la zona de confort significa hablar de ese lugar en el que estamos cómodos, calentitos, sin correr ningún riesgo.
Sería algo así como una tarde lluviosa de domingo que pasas en el sofá, pero en la que tienes la estufa puesta y una manta encima mientras ves la lluvia caer a través de los cristales. Y para cenar, pues pides una pizza por teléfono, que la cosa no está como para salir a la calle.
Si hay alguna imagen que pueda evocar la zona de confort, al menos para mí, creo que es ésta. La zona de confort no es ni buena, ni mala. Es. Como casi todo en la vida. A veces apetece estar ahí. A mí, por ejemplo, no se me ocurre mejor manera de pasar una tarde de domingo.
El problema es que después de ese domingo venga un lunes entero en el que me dedicara a hacer lo mismo. Y luego una semana entera. Y después un mes. E incluso un año. Lo que comenzó como algo placentero se transforma en una especie de prisión de la que es imposible salir por mucho que te lo propongas.
Y ahora viene una de esas famosas preguntas que hacemos cuando hacemos coaching: ¿Cuánto tiempo lleva tu empresa sumida en una de esas tardes de domingo? Si la respuesta es que demasiado, es posible que te haga falta sacarla de su zona de confort y que, por muy arriesgado que parezca, comience a dejarse mojar por la lluvia.
¿Cómo sacar a tu empresa de su zona de confort? Estos son los pasos que puedes comenzar a dar:
1.- Sueña. No te conformes con lo que hay. Plantéate qué es lo que quieres que haya. Cómo es la realidad que deseas crear para tu empresa, qué deseas poner en marcha, con quién quieres trabajar, cuáles son los ingresos que quieres, qué nueva línea quieres desarrollar. Sin sueños, no hay nuevos horizontes. Sólo hay lo mismo, uno y otro día.
2.- Plantéate qué sería necesario aprender y hacer para que tu empresa logre esos objetivos que se ha marcado. Y hazlo. Porque así tu empresa comenzará a dar sus primeros pasos fuera de esa zona de confort y a visitar tu zona de aprendizaje, esa zona en la que recopilas los conocimientos necesarios para hacer realidad ese sueño. ¡Cuidado! Ahí puede comenzar a aparecer el miedo, incluso el pánico. Igual tienes la tentación de que las cosas vuelvan a estar como estaban para que no haya ningún cambio. Paciencia, porque ahí es cuando empiezan a suceder cosas mágicas y diferentes.
3.- Da el paso hacia el abismo. ¿Te acuerdas qué decían de Cristóbal Colón cuando emprendió su viaje hacia las Indias? En teoría, tras el horizonte no había nada. Pero él demostró que sí, que tras el abismo había más tierra. Ese será el aprendizaje que te llevarás una vez des ese paso hacia lo que, en teoría, es un abismo. Verás que sigue habiendo tierra debajo de tus pies y que en esa tierra también se puede vivir bien porque, una vez hayas dado este paso, habrás extendido tu zona de confort y la habrás hecho más amplia. ¡Enhorabuena! Porque tu empresa habrá realizado una nueva conquista.
Me encantaría saber cómo lo has hecho tú para sacar a tu empresa de su zona de confort. Cuáles son los pasos que has dado y cuáles son los problemas que te encuentras en el camino.