Por Leonor Cabrera ( @leonor_cabrera ) – Viventi Desarrollo Personal y Profesional
Quizás llevas tiempo dándole vueltas a la posibilidad de montar una empresa o de emprender por tu cuenta pero hay algo que falla: tal vez no encuentres el impulso que necesitas para ponerte manos a la obra. O quizás ya hayas comenzado a montara pero no acabas de tener la seguridad necesaria para llevar adelante tu proyecto.
Te asaltan las dudas, los miedos y tu mente da vueltas de un lado a otro sin tener claro qué es lo que quieres y qué es lo que no quieres. La principal protagonista de tu vida en este momento es la parálisis y lo cierto es que no vas ni hacia delante ni hacia atrás.
Estás en una especie de punto muerto que no te lleva a ningún lado, tan sólo a la ansiedad y a la frustración.
Si éste es tu caso, te propongo cinco sencillos pasos para ponerte manos a la obra:
1.- Tener un objetivo claro. Imagínate ese objetivo como un lugar al que quieres llegar. Si no sabes hacia donde ir, ¿cómo vas a llegar ahí? Es importante que ese objetivo esté definido en positivo porque se trata de conseguir lo que quieres, no lo que no quieres, y también es importante que no confundas un paso que tienes que dar con el objetivo en sí. Tu objetivo no es montar una empresa. Es vivir de ella. ¿O no?
2.- ¿Cuáles son tus tres valores principales? Cuando hablamos de valores hablamos de tu brújula. Eso que te da impulso y que marca el lugar hacia el que vas. Si el objetivo es el camino, la ruta, los valores son el GPS. Si tu empresa está alineada con tus valores, entonces tienes combustible extra. Los valores suele ser lo primero que trabajo con mis clientes que desean montar una empresa porque echarle una buena pensada les ayuda a tener un rumbo claro y cierto.
3.- La misión y la visión. Ambas están muy ligadas y tienen que ver con qué has venido tú a hacer en este mundo. En Viventi creemos en las empresas humanas y que están alineadas con quienes somos, que tengan sentido y que nos permitan realizarnos. Por eso consideramos tan importante tener en cuenta la misión y la visión. ¿Quieres hallar las tuyas? En este post disponible en este enlace hay una explicación más extensa de cómo hacerlo.
4.- Localiza tus creencias limitantes y disuélvelas con creencias potenciadoras. Las creencias limitantes son aquellas que, como su propio nombre indica, te limitan. Pueden ser relativas a la identidad y se manifiesta en frases que nos decimos a nosotros mismos como ‘yo no valgo’, ‘no merezco tener éxito’. También pueden ser relativas a las capacidades (‘yo no sirvo para ganar dinero’ o ‘yo no soy empresario), el mundo de alrededor (‘ahora no es el momento de emprender’) o sobre las conductas específicas (‘todos los empresarios explotan a sus empleados’). Cada creencia limitante tiene un antídoto que es una creencia potenciadora y que son frases que impulsan nuestro desarrollo y nuestra acción como ‘no existen fracasos, sólo resultados’, ‘creamos nuestra realidad’ o ‘tienes todas las respuestas’. La propuesta es simple: halla ese antídoto que disuelva la creencia limitante.
5.- Diseña un plan de acción. Imagínate dentro de un año con ese objetivo que te has marcado al principio alcanzado. ¿Cómo lo has hecho para llegar hasta ahí? Detalla lo máximo posible cuáles han sido los pasos que has seguido. Pero vas a hacerlo desde el futuro hacia atrás. Imagínate como un escalador que ha tocado cima y desde ese cima ve cuáles han sido las etapas que ha cubierto, desde la más cercana a la cima hasta la más lejana. Puedes imaginarte qué has hecho a los nueve meses, a los seis meses, a los tres meses y qué has hecho hoy mismo. Incluso puedes detallar cómo es tu día a día, cuánto ganas, donde trabajas, quiénes son tus clientes, su número… Todo lo que se te ocurra.
¿Crees que con estos cinco pasos puedes conseguir el impulso necesario? ¿Qué más te haría falta para lograrlo? ¿Cómo lo estás haciendo tú? Nos encantaría que nos lo contarás ahí abajo en los comentarios.