Por José Carlos Pozo – Consultor en Comunicación Turística
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“Probecho”, “dia”, “elejido”, “garage”… ¿Te espanta como a mí ver estas faltas de ortografía? Tal vez lo primero que pienses es que las he copiado de los mensajes de Whatsapp de un adolescente desganado. Ni mucho menos. Proceden de anuncios reales de nuestras calles, paseos y carreteras, o de los folletos o las cartas de bares, restaurantes u otros establecimientos de España.
Cualquier anuncio que presente una falta ortográfica equivaldrá, de manera inmediata, a una mala comunicación.
No es una exageración. La publicidad vende, ante todo, imagen, credibilidad y reputación. Los defectos de forma suelen ser más visibles que los de contenido. Con los medios actuales que existen para revisar lo que se manda a la imprenta, las faltas de ortografía denotan descuido y negligencia, e implican una humillación para la marca. Si el receptor se fija en ese error, todos tus esfuerzos para elaborar el texto o hacer el diseño se irán al traste. En este artículo os presento una pequeña muestra de la colección de horrores ortográficos que he ido fotografiando a lo largo del último año.
1. No poner la tilde sobre las palabras con hiato “ía”. No pretendo desglosar las normas de acentuación que la educación reglada en España enseña sobradamente en las clases de lengua y que, desgraciadamente, muchos parecen haber olvidado o simplemente desprecian. Sin embargo, quisiera poner de relieve uno de los errores de acentuación más comunes en los anuncios callejeros. Se trata de omitir indebidamente la tilde en la combinación vocálica “ía” al final de las palabras, puesto que es un hiato (secuencia de dos vocales consecutivas que se pronuncian en sílabas distintas) formado por una vocal abierta (la “a”) precedida de una vocal cerrada tónica (la “i”). Únicamente has de pasearte por las calles de tu ciudad u hojear los folletos y los menús de los bares o restaurantes para encontrar infinidad de ejemplos a los que les falta esa tilde obligatoria en la “i”, como “droguería”, “tetería”, “cafetería”, “día”, “ferretería”, etc.
2. Prescindir de la tilde en las mayúsculas. Es completamente erróneo afirmar que las mayúsculas no se acentúan. Si antes ocurría, era debido a los problemas técnicos de las imprentas o las máquinas de escribir. No obstante, con la tecnología actual no existe este inconveniente. Por consiguiente, las letras mayúsculas deben llevar tilde siempre que lo exijan las reglas de acentuación, incluidas las palabras que se escriben completamente en mayúsculas. En esta valla publicitaria se ha omitido la tilde sobre la “u” del verbo a pesar de que es una palabra esdrújula (el acento recae sobre la antepenúltima sílaba) y como tal debe llevarla obligatoriamente.
3. Confundir la “b” y la “v”. Por desgracia no existe una norma segura en el idioma español para saber si una palabra se escribe con “b” o con “v”, ya que la pronunciación de ambos fonemas es la misma. En aquellas palabras que son muy usuales en nuestra lengua deberíamos simplemente saberlo. Por ejemplo, es un craso error escribir “provecho” con “b” como ocurre en el anuncio de un bar de tapas que se muestra abajo. En casos menos usuales, para evitar errores lo principal es adoptar una actitud vigilante sobre nuestra ortografía. Ante la duda, utiliza herramientas como el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española o simplemente sustituye el término que nos plantea problemas por un sinónimo.
4. Confundir la “j” y la “g”. Es otro de los quebraderos de cabeza a la hora de escribir correctamente en español. Afortunadamente, para estas dos letras sí existen unas normas ortográficas más definidas que para la “b” y la “v”. Una de esas reglas de la “j” es la de las palabras que se pronuncian como –aje, incluidas aquellas de origen extranjero que se han adaptado a nuestro idioma. El ejemplo más paradigmático es la palabra de origen francés garage, que con esta grafía se sigue viendo por doquier en vallas, folletos o anuncios online de inmobiliarias, pese a que el Diccionario Panhispánico de Dudas recomienda la versión castellanizada “garaje”.
Entre las reglas de la “g” hay que destacar que se escribe con “g” las formas de los verbos que terminan en –ger, –gir e –igerar: coger, emerger, proteger, corregir o elegir. El siguiente folleto de un restaurante se ha editado con un error considerable al sustituir la “j” por la “g” en la forma verbal “elegido”.
No solo a los redactores publicitarios, periodistas y escritores, sino también a cualquiera que se precie de querer escribir con propiedad en español, les recomendaría la lectura del manual editado recientemente por el Instituto Cervantes, “Las 500 dudas más frecuentes del español”. Y si quieres saber más de forma totalmente gratuita, bájate esta colección de mal uso del idioma español. Cualquiera de estos recursos te ayudará a solventar tus dudas en lo que se refiere a la ortografía, la puntuación, el léxico, la gramática, etc.
¿Y tú qué otros errores ortográficos has encontrado en la publicidad callejera?
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