Por José Carlos Pozo – Consultor en Comunicación Turística
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Seguro que alguna vez has dejado tu dirección electrónica privada para participar en un concurso online o para beneficiarte de la promoción de una empresa. Puede que la compañía que organiza el sorteo haya vendido paquetes de emails privados a un centenar de empresas. De repente, comienzas a recibir muchos correos no deseados, algunos de ellos con virus. Es un bombardeo continuo y desesperante, por lo que te ves obligado a cambiar de cuenta de email. Y lo que es peor; debes ponerte en contacto con todos tus amigos y compañeros para notificarles el cambio de email. ¿Lo has sufrido tú también?
La mayor parte del marketing online es spam, es decir, se compone de mensajes no solicitados, no deseados, que molestan y perjudican de alguna manera a los usuarios.
El nombre de Spam procede de una escena del grupo cómico Monty Python en el que todo lo que aparece en el menú incluye Spam (una extraña marca de carne de cerdo enlatada). En la escena, los huevos y el tocino vienen acompañados de Spam. Las alubias vienen con Spam. Y los cómicos cantan la palabra Spam una y otra vez para burlarse de la idea ridícula de vender a la fuerza Spam a todas las mesas, lo quieran o no.
Hay muchos tipos de spam, como el telemarketing, los mensajes publicitarios a los móviles o las ventanas emergentes en las webs. Sin embargo, el correo electrónico basura es el rey del spam, ya que no cuesta nada enviarlo. Hoy en día un vendedor online de spam puede enviar millones de mensajes de correo comercial no solicitado en pocas horas.
Una lista de emails privados que se pueda comprar se puede utilizar para mandar mensajes, tanto si los consumidores quieren recibir esos mensajes como si no quieren. En el marketing tradicional está totalmente aceptado alquilar, vender o transferir los datos. Pero digámoslo sin pelos en la lengua. Sólo los malos profesionales del marketing se basan en el envío de millones de correos a desconocidos, porque cualquier empresa o persona que haya intentado aplicar este método crea desconfianza, mala reputación en la marca y, en última instancia, puede acabar literalmente con un negocio.
¿Qué consecuencias negativas tiene el spam para los consumidores?
1). Provoca miedo. Cuando no se le pide permiso a un consumidor para que usen sus datos personales, aumenta el miedo a que empresas o personas ajenas recopilen información de ellos.
2). Aumenta la desconfianza en las compras online. Ese miedo al uso indebido de las privacidad es la principal razón que esgrimen muchos clientes para no realizar compras en línea y para rechazar promociones y programas de marketing online.
3). Hace perder tiempo y dinero. Además de tener que borrar esos mensajes una y otra vez, a veces se puede colar alguno que traiga una sorpresita, como un virus, que obligue a limpiar o incluso formatear el ordenador.
4). Desprestigia la buena publicidad. Cuando se sorprende a un usuario con email no deseado, generalmente su reacción es la de ignorarlo. Debido al spam, los usuarios han desarrollado una animadversión visceral a cualquier tipo de publicidad.
¿Qué medidas pueden tomar los consumidores ante las empresas que hacen spam?
1). Hacer listas negras de las empresas spammers que obstruyen sus buzones con mensajes no deseados.
2). Solicitar a sus proveedores de servicios de Internet que tomen cartas en el asunto.
3). Denunciar. Se puede empezar por la vía amistosa interponiendo una reclamación a la misma empresa. Por la vía administrativa hay que notificar este abuso a la Agencia Española de Protección de Datos. Cuando las vías anteriores no han resuelto el problema, cabe la posibilidad de acudir a la vía judicial para denunciar el spam.
4). Hacer mala publicidad de la empresa en webs, foros, redes sociales o con el boca a boca.
¿Cuál es la solución al spam?
Imagínate que en lugar de interrumpir o molestar a los consumidores con spam estos esperaran con impaciencia los mensajes que le enviase su empresa. Entonces, pasaríamos del Marketing de Interrupción al Marketing de Permiso, concepto acuñado y desarrollado por Seth Goding en su libro “Marketing Permission”. El rechazo sería mínimo. Tu correo comercial sería bien recibido, porque habrías previamente captado la atención de los consumidores y conseguido su autorización para enviarles mensajes que deben ser esperados, personales y relevantes.
El spam es un abuso, un hurto, una mala estrategia de marketing. El Marketing de Permiso no es tarea fácil, pero es una inversión a largo plazo.
Innovación en turismo significa sumar y diferenciarse, ¿te unes?