Fuengirola, la capital finlandesa de España

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Por José Carlos Pozo – Consultor en Comunicación Turística

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Hay un lugar en la Costa del Sol donde los finlandeses pueden llevarse el pan del Leipomo (panadería), lavar sus trajes y vestidos en el Pesula (lavandería), comprar tornillos en el Rautakauppa (ferretería), cenar a las 5 o las 6h en el Ravintola (restaurante) o incluso rezar en el Kirkko (iglesia) sin necesidad de hablar una sola palabra en español. Bienvenidos a Fuengirola, “la capital finlandesa de España”, o más concretamente a los barrios de Los Boliches y, sobre todo, a Los Pacos, donde la colonia finlandesa es reconocible, a primera vista, por los rasgos físicos de sus residentes y, a nivel publicitario, por la abundancia de carteles, toldos o rótulos en finés.

El paisaje publicitario en finés es tan rico y variado en Fuengirola que es el signo más ostensible del arraigo y la preferencia de los finlandeses por esta ciudad costasoleña

Si desde hace pocos años Marbella se anuncia en ruso u otras localidades turísticas españolas lo hacen en inglés, alemán u otros idiomas foráneos, los anuncios callejeros finlandeses forman parte del urbanismo fuengiroleño desde los años setenta que empezaron a llegar los primeros turistas procedentes de ese país del norte de Europa.

En las últimas décadas Fuengirola se ha convertido en una ciudad multilingüe en la que conviven más de 100 nacionalidades diferentes. La comunidad finlandesa es una de las más numerosas. Según datos facilitados por la oficina de estadística del Ayuntamiento de Fuengirola, en diciembre de 2014 había empadronados en esta localidad 4.500 finlandeses, una cifra muy superior a la de sus vecinos nórdicos registrados en esta localidad: 1.750 suecos, 1.200 daneses y 800 noruegos. No obstante, el número real de estos ciudadanos comunitarios es aún mayor, puesto que vienen solo por temporadas y muchos no se empadronan, de ahí que la Embajada de Finlandia estime que hay una población flotante de entre 25.000 y 30.000 finlandeses en la Costa del Sol.

Caminando por Los Pacos, se comprueba que el finés es el segundo idioma más hablado, tras el español, en este barrio conocido como “la pequeña Finlandia”. Por cierto, numerosos ránkings lingüísticos consideran que el finés es uno de los idiomas más complicados del mundo. Para satisfacer las necesidades y demandas de la población finlandesa, en las calles, plazas y tiendas de estos barrios de Fuengirola se anuncia y se vende prácticamente de todo en su propio idioma. Aunque no se sepa distinguir el finés de otras lenguas en los rótulos publicitarios, los colores nacionales (blanco y azul) suelen estar pintados en la fachada o la bandera finlandesa ondea en los establecimientos más variopintos, desde librerías o cafeterías, hasta clínicas dentales o peluquerías, pasando por la iglesia o el Colegio Finlandés, al que el Informe Pisa sitúa a la cabeza de los centros educativos de España. Además, en el barrio de Los Boliches existe desde hace pocos años el Centro Finlandia, el primer centro comercial en nuestro país que aglutina a negocios netamente finlandeses.

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A los finlandeses “fuengiroleños” no les faltan ni siquiera los medios de comunicación propios. Pueden leer las noticias locales y nacionales en varios periódicos y revistas como “Olé”, «Espanjan Sanomat» o “Fuengirola.fi”, escuchar la Radio Finlandesa o incluso ver un informativo en finés en la televisión municipal. Según Alma Ulvelin, de la publicación “Olé”, hay tres tipos de anunciantes en estos medios finlandeses:

  • Las empresas finlandesas con sede en Finlandia.
  • Las empresas finlandesas radicadas en España.
  • Las empresas españolas que buscan captar clientes finlandeses.

Para la ciudad de Fuengirola los finlandeses suponen una microeconomía vibrante y esencial, especialmente en los períodos de baja temporada turística, puesto que de octubre a marzo es cuando más jubilados finlandeses recalan en la ciudad costasoleña huyendo de las bajas temperaturas del frío nórdico. Gracias a ellos, muchos hoteles, apartahoteles o restaurantes pueden mantenerse abiertos en los meses invernales.

Dentro del contexto socioeconómico local, la profusión de anuncios callejeros en finés es la manifestación externa más visible de la enorme representatividad que tiene esta comunidad en Fuengirola, una ciudad donde los finlandeses se sienten como en casa.

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